29.11.06

Los candados argentinos


Se siente sucio como un criminal, me lo dijo la otra vez cuando las sobras de los ñoquis, dijo que un día conoció a la Perla y se le dio por acostarse con ella, después como era linda y buena se la llevó a la casa y ahí se siguieron acostando y vino un chico y después otro y otro, y él tuvo un poco de miedo porque le habían enseñado que a los hijos hay que cuidarlos y mantenerlos, pero... bah, dijo, comer es un decir, también está la ropa, las zapatillas, el cuadernito, el lápiz, y... que no se enferme nadie...

Esta mañana le di un poco de arroz y unas cebollas, él sabe bien que aunque yo dure todavía de milagro en el trabajo, las cosas están mal para todos, bueno para casi todos, a los empleados nos bajaron los sueldos y nos aumentan la mercadería a cada rato, pero hay que agradecerle a Dios, otros no tienen nada.

Ya somos casi amigos, hoy me contó eso de los candados, viene todas las mañanas, toca timbre, yo espío por la mirilla, por los ladrones ¿vio? cada vez son más y están mejor preparados. Dijo él que al principio cuando lo echaron, salía a buscar trabajo, cualquier cosa, dijo que no se consigue nada.

Entonces pasaba por la fábrica para ver si el cuidador, que era compadre suyo, tenía buenas noticias, tal vez abramos de nuevo, si el país mejora, le habían dicho, y así fueron varios días, varias semanas, hasta que vio el gran candado. Claro, dijo, los candados nunca me llamaron la atención, tenía uno chiquito para proteger la bici, hasta que le cortaron la cadena y me la robaron lo mismo. Pero nunca les di importancia, creo que a nadie le importan, jamás han sido noticia ni son estudiados, ningún investigador se puso a ver si sacaba modelos nuevos, más vistosos, más coloridos, sin cadenas ni llaves.

Los candados son cerrojos, no le hacen mal a nadie, pero desde esa vez, no sé por qué, veo uno y siento una impotencia, me siento criminal y hasta estoy arrepentido de haberme acostado con la Perla porque ya no puedo echarme atrás y deshacerme de los chicos que piden de comer día tras día.